lunes, 18 de enero de 2010

Dante Alighieri: Renovador de la lengua italiana

Genial poeta italiano, a quien se considera el padre de la poesía italiana y el mas profundo renovador de la lengua de su patria y gloria de la literatura universal. Nacido en Florencia, hijo de una ilustre familia güelfa, recibió la educación propia de los de su clase: letras, dibujo, canto, equitación, manejo de las armas, etc. Los años, el estudio y una intensa vocación humanística contribuyeron a multiplicar estos conocimientos, hasta el punto de no ser ajeno a ninguno de los saberes de su tiempo: música, teología, filosofía, filología, historia, astronomía, matemáticas, ciencias naturales, etc.



Su linaje no le permitió sustraerse a las luchas entre güelfos y gibelinos, los dos poderosos partidos que durante siglos dividieron a italia. En 1289, Dante combatió con la caballería güelfa en la batalla de Campalino, donde los gibelinos de Toscana fueron derrotados. Después de la victoria los güelfos se dividieron en dos bandos: el “Popolo Grasso”, integrados por los cinco gremios mas ricosa de la ciudad, y los “Popolani”, pertenecientes a las clases populares, que exigían la inscripción de todos los ciudadanos en los gremios. Dante perteneció al de los médicos y boticarios.



Algunos años después volvió a escindirse el partido güelfo en dos facciones: los negros que propugnaban un mayor acercamiento del Papa con Francia, y los blancos, entre los que se encontraba Dante, partidarios de una política pontificia independiente. Al hacerse con el mando los “negros” de la ciudad, Dante, que había desempeñado cargos de importancia y algunas misiones diplomáticas y militares, sufrió persecuciones y tuvo que vivir desterrado el resto de su vida. Casi durante veinte años peregrinó por distintas ciudades de Italia y del extranjero. Algunos autores afirman que vivió en París; otros, que estuvo estudiando en Oxford; pero ninguna de estas opiniones ha podido ser probada con razones de peso.

Durante sus largos años de destierro recibió la protección de varias familias nobles italianas (Los Malaspina, de la Lunigiana; Los Escalígeros, de Verona; Los Uguccione, de Pisa); y especialmente de Guido Novello da Palenta, señor de Rávenna. En esta ciudad acabó el poeta sus dias y fue enterrado solemnemente en un sacófago de piedra, en la iglesai de San Pedro el Mayor (luego San Francsico).En 1329, el cardenal Bertrand du Poyet mandó quemar sus huesos por considerarlo reo de herejía, y aunque no existen pruebas para afirmar que tal orden se ejecutara, cuando León X se propuso trasladar los restos del poeta (en 1519) a Florencia, que tantas veces los había reclamado, se encontró vació el ataud. Un hecho capital en la vida de Dante fue su encuentro fortuito con Beatríz de Portinari, siendo niños los dos.


Ambos se amaron castamente hasta la muerte de ella en 1290. Narró su amor en “Vida Nueva”, obra escrita en prosa, sonetos y canciones, y que hizo de Beatríz el símbolo de los amores ideales, hasta el extremo de que algunos comentaristas se resisten a ver en ella una mujer real, y la tienen solo por alegoría. La obra maestra de Dante es “La Divina Comedia”, aunque sus demás obras bastarían para calificarle de excelso poeta y agudo pensador. Compuso además en italiano el “Cancionero”, obra lírica muy emparentada con “Vida Nueva”; y el “Convivio”, un tratado político y doctrinal, divulgador del concepto aristotélico de la virtud.

En latín escribió “De vulgari elocuentia”, donde defiende los valores de la lengua vulgar y se nos presenta como un excelente filólogo que analiza todas las formas dialectales del idioma italiano; “De Monarchia”, tratado político en el que propugna la supremacía del pueblo romano sobre el mundo entero, salvo en lo espiritual que corresponde al Papa; dos “Eglogas”; la “Quaestio de aqua et terra” y trece “Epístolas”; cuya autenticidad está hoy generalmente admitida por la crítica.


La obra de Dante significa en su época la maduración de las lenguas vulgares como lenguas literarias, y la entronización de una forma de vida y de pensamiento, que marca el fín de la Edad Media y la definitiva instauración del Renacimiento. Teología y humanismo se unen en Dante para dar el mas hermoso fruto de la literatura cristiana de todos los tiempos. A semejanza de los modelos clásicos, Dante es el artista por excelencia; era un hombre profundamente enraizado en su tiempo que no se limitaba a describir el medio ambiente, sino que actuaba para transformarlo, a pesar del riesgo que tal actitud entrañaba.

En él, obra y vida están intimamente ligados; la exaltación de Beatríz responde a un sentimiento real y la “Divina Comedia” no es simplemente una alegoría teológica, sino también un alegato político y moral de una gran importancia en su tiempo. Toda su obra, encierra un afán moralizador, todo tiende a mejorar al hombre; el mismo amor se convierte en un vehículo para alcanzar una “Vida Nueva”.

Como ha dicho Charles Nodier, uno de sus más agudos críticos, Dante “Llegó por si mismo, y completamente solo, al último crepúsculo de una sociedad inicial. No pueden buscársele imitadores afortunados en los siglos siguientes por que su obra está exclusivamente destinada a una época y el hombre de genio que le concebió era él solo expresión de un siglo del cual no se puede separar su individualidad sin mutilarla”. (1265-1321). 

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